Nuestras Raíces forman a los gestores culturales
Un grupo de 80 promotores de la cultura del pueblo
afroesmeraldeño que habitan en las parroquias rurales del centro y norte de la
provincia de Esmeraldas prepara a nuevos gestores culturales.
La iniciativa Nuestras Raíces de la Unidad de Asistencia Médica,
Desarrollo Social y Cultural, de la Prefectura de Esmeraldas, busca afianzar
las costumbres del pueblo afro, en las zonas rurales, porque es donde nacen y
se conservan estas tradiciones.
Por ejemplo, en Santo Domingo del Ónzole, norte de la provincia,
Cipriano Ayoví, de 70 años, aún corta la chonta para la marimba y estira el
cuero del animal para construir el bombo, uno de los instrumentos de percusión
ancestral.
Durante ocho días, los folcloristas se concentran en el centro de alto
rendimiento de la parroquia Rioverde donde participan en paneles, clases,
preparación de danzas... El taller de formación cuenta con instructores como
Diógenes Cuero, escritor de la localidad; Jairo Cuero y Freda Montaño, expertos
en danza y coreografía afro, así como Agustín Ramón, que enseña música y
percusión tradicional.
En la reunión participan personajes de la música afroesmeraldeña como
Guillermo Ayoví (Papá Roncón), Rosa Wila, Santiago Mosquera, Juan Montaño
Escobar, Xavier Valencia y Sonia España.
Los talleristas reciben conferencias con expositores como el antropólogo
Alexander Prado y John Antón Sánchez, rector encargado de la Universidad Luis
Vargas Torres.
Desde la academia se aporta con el contexto histórico del pueblo
afroesmeraldeño, para lo cual se cuenta con el catedrático Pablo Minda, quien
ha escrito sobre el pueblo negro del Chota y Esmeraldas.
Minda publicó, a finales del 2015, varios artículos referentes a la
marimba y tradiciones del pueblo afroesmeraldeño, con el aval del Instituto
Nacional del Patrimonio Cultural y el Ministerio de Cultura.
La formación de los promotores será por etapas y en esta ocasión
participan cantores y danzantes de poblaciones como Malimpia y Cube del cantón
Quinindé; Santo Domingo de Ónzole, de San Lorenzo; Timbiré, en Eloy Alfaro y en
Rocafuerte, cantón Rioverde.
A ellos se suman 13 grupos folclóricos de Esmeraldas, que fueron
invitados para el fortalecimiento de las costumbres ancestrales en la ciudad y
en las comunidades donde deberán replicar lo aprendido. Dicson Sosa, presidente
de la Unidad de Asistencia Médica, Desarrollo Social y Cultural, explica que su
proyecto de fortalecimiento de la cultura contempla la donación de uniformes
tradicionales.
También se entregarán instrumentos ancestrales como guasá, bombo,
marimba, maracas y cununos. “Este es un impulso a la cultura nuestra”, dice
Manuel Mosquera, de la Corporación Casa de la Marimba.
Los folcloristas tienen una formación de 30 años, en promedio. Empezaron
en los talleres del Banco Central durante cinco años en Esmeraldas, a mediados
de 1980.
Con la creación del Conservatorio de Música y danza, hace ocho años, se
preparó a los músicos en la lectura de partituras musicales para que aprendan a
leer las notas en el pentagrama, así como a tocar las notas en el bombo. Con la
creación del programa de Antropología en la Universidad Luis Vargas Torres,
unos 20 profesionales vinculados a la música ancestral y la cultura esmeraldeña
obtuvieron títulos en esa rama, para enseñar sobre esas materias.
La
antropóloga María Cruz Perea, directora de una agrupación folclórica y
panelista del taller, explica que con esta iniciativa se dan avances
importantes en la formación de los gestores culturales de Esmeraldas.
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